Escolio CCXCVII

   La función de la Iglesia no es la de adaptar el cristianismo al mundo; ni siquiera la de adaptar el mundo al cristianismo: su función es la de mantener un contra-mundo en el mundo. (Escolios sucesivos, p. 86)



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[Por favor prescinda de lo siguiente si lo anterior es claro para usted, como de hecho deseo].


Comentario (con perdón de don Nicolás y de los lectores): 

   Aun considerando a la Iglesia (grupo de individuos a quienes Dios vivifica, formando Su Familia) como ese “contra-mundo en el mundo” —Dios (no-mundo) entre los hombres (mundo)—, creo que puede entenderse bien la advertencia de Don Nicolás, que yo leo así: el Enemigo puede tentarnos en dos direcciones respecto a nuestra misión: mimetizarnos, confundirnos, hacernos uno con todos; o procurar, como lastimosamente han  intentado tantos de religiones o partidos, que todos se “enlisten”, a la fuerza y no por el amor a la verdad. Ambas son tentaciones y tienen como raíz una mala comprensión de lo que es “el mundo” tras el pecado original: un enemigo de Dios, materia rebelada contra el creador, un conjunto de juicios y modos de vida que los hijos Suyos deben ordenar y reordenar constantemente.
   Por tanto: nada de mezclarse con el mundo con la mala excusa de convertirlo (eso condujo a la prostitución de Israel, y a la actual), ni la ingenua idea de que hemos de hacer una gran comunidad religiosa, unida, no en Jesucristo, sino en la bondad, la paz, la hermandad universales: ese es otro camino por el que nos vemos en esta misma prostitución profanadora y sacrílega.
  El cristiano, sin salir del mundo (lugar, espacio, medio), ni debe buscar en él su descanso, ni debe sentirse a gusto con sus criterios, sus juicios, su visión de las cosas, los modos establecidos de vida, etc. Considerándose buenos cristianos, los bautizados piadosos de hoy bailan al ritmo del mundo de un modo o de otro (modas, hábitos, costumbres de diverso tipo…). El olvido de esta oposición al mundo, mandada por Cristo y sobre la que Él nos advirtió, ha conducido a la gran apostasía actual. ¿Quién es “la Gran Ramera” del Apocalipsis sino la esposa (usted y yo) cuando se “junta” con otro u otros?