El amor inteligente no nace mientras el entusiasmo no muere. (T. II, p. 81)
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[Por favor prescinda de lo siguiente si lo
anterior es claro para usted, como de hecho deseo]
Comentario (con
perdón de don Nicolás y de los lectores):
No ama con decisión de su voluntad —a la cual precede un acto de comprensión por parte de la inteligencia— quien está inicialmente entusiasmado, aquél que aún está bajo los efectos (deliciosos, quizás, pero no signos del amor sino de un posible inicio) del conocimiento primero del objeto amable. Ama el que entrega algo de sí a ese objeto amado, y ama con inteligencia el que se entrega a sí mismo porque entiende que el objeto amado merece semejante ofrenda.
