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[Por favor prescinda de lo siguiente si lo anterior es claro para usted, como de hecho deseo]
Comentario (con
perdón de don Nicolás y de los lectores):
Lo que a mí me parece que dice Don Nicolás es que nada bueno ha
traído la modernidad, la actual “civilización” o “ciudad” (del latín civitas), y que lo único por lo que se
le podría aplaudir (así se “redime” algo, se salva de la condena total) será
algo futuro y en realidad un mal fruto, una yerba espinosa que todos tememos. ¿Qué
otra cosa sino una maleza puede nacer en un suelo infectado y lleno de podredumbre,
dañino a más no poder? Pero un fruto, al fin y al cabo, y que, como cualquier
cosa existente, algo de bondad tiene.
Ya sé que a muchos molesta semejante afirmación. Estamos tan
acostumbrados a este mundo nuestro, nuestra vida depende tanto del aire en que
nacimos, que no vemos cuán malo es, cuán dañino, cuán lejano del sabio y bueno
deseo de Dios. No es extraño que no lo percibamos, pues solo puede verse cuando
se hacen grandes esfuerzos para juzgar con mejores criterios que los que la
misma modernidad ofrece, y que casi nadie se toma el trabajo de hacer. Para
juzgar con criterios distintos es importante juzgar los mismos criterios a la
luz de algo superior, y para ello es importante mirar con distancia, alejarse, “extrañarse”,
lograr alguna perspectiva; aquella de la que también carece el hombre moderno, hombre
tonta y fatalmente ignorante. ¿Que no? Claro que lo es: ¿sabe mi lector por qué
nos saludamos con la mano derecha, por qué nos besamos, qué pájaro canta en la
mañana cerca de su ventana, qué tipo de árbol tiene cerca de su casa, quién
fundó la ciudad en que vive, por qué vestimos pantalones…? Ignorantes
empedernidos, adormecidos y anestesiados, nos creemos sabios porque usamos
artefactos más sofisticados y porque, como todos los hombres vivos de la
historia, en cada momento rompemos la membrana del tiempo: embriaguez de gloria
tonta cuya resaca (¿tampoco sabe lo que es?) no tiene rival.
Lo que dice Don Nicolás no implica que no haya cosas buenas
ahora (tanta cosa venida de atrás, pero ya viviendo como fantasma en medio de
nosotros), sino que lo moderno no es nada bueno de suyo, no ofrece vida sino
muerte.
¿Cuándo acabará de morir para conocer la purificación de la
ortiga?