El
capitalismo es deformación monstruosa de la propiedad privada por la democracia
liberal. (Escolios nuevos, II, p. 111)
* * *
[Por favor
prescinda de lo siguiente si lo anterior es claro para usted, como de hecho
deseo]
Comentario (con
perdón de don Nicolás y de los lectores):
Y esta vez sí debo
pedir perdón. Mi ignorancia fue la causa de mi anterior comentario, y hoy
quiero arreglar un poco… corregir el contenido de mis afirmaciones.
Aprobé en anterior comentario, con certeza (pero falsa), la afirmación de Max Weber según la cual el capitalismo es “hijo” del protestantismo. Yo entendí mal lo poco que leí, y me pareció que quiso decir que era hijo malo de una mala cosa, como hijo defectuoso de un monstruo. Pero no es así: él creía que era hijo bueno de una buena cosa. He aquí un texto (en inglés) que
demuestra que no lo es; texto que a mí me parece bastante convincente, entre
otras cosas porque da mejor razón de muchas cosas, y no tan solo porque lo
relaciona adecuadamente con otros procederes humanos, previos al
protestantismo. Para quienes no sepan inglés y para quien quiera comprender
desde un punto de vista cristiano esto del capitalismo, he aquí otra explicación, menos
profunda, coloquial, muy clara y que puede ayudar a bajarse de la nube de ingenuidad
e ignorancia en que vivimos.
Esta corrección no arrastra consigo aquello de las “leyes” económicas. Estoy convencido de su falsedad, de su uso, de que la mente que así las llama no tiene en cuenta
la libertad humana, y precisamente en razón de esa libertad no son leyes (las leyes dan
razón de cosas que suceden necesariamente, indefectiblemente), y que encubren,
sobre todo, los defectos humanos… Así lo creeré hasta que encuentre buenas pruebas en
contra, claro está.