Tan sólo el hombre inteligente y el estólido saben ser
sedentarios.
La mediocridad es inquieta y viaja. (Escolios sucesivos,
p. 21)
* * *
[Por favor prescinda de lo siguiente si lo anterior es claro
para usted, como de hecho deseo]
Comentario (con
perdón de don Nicolás y de los lectores):
Primero traduzco. Estólido es “falto de razón y discurso”.
Inquietud: es la nota característica de todo turista. ¿Qué
persona que encuentra en la soledad acompañada de la vida familiar todos los
elementos del gozo interior tiene que salir a buscar afuera, en otras
latitudes, el “excitement” o el esplendor o el regocijo de la belleza, o de la
verdad o de la bondad? ¿Cuántos entienden lo que entendía Montaigne, quien decía que
educar a un hombre es prepararlo para estar solo en su habitación? ¿Cuánto
“joven” soporta quedarse en la casa un viernes o un sábado en la noche, no “hacer
algo”? ¿Cuántos no trabajan para poder viajar? ¡Qué gran olvido de que el
hombre fue creado para trabajar, y no para “gozar”, disfrutar, conocer…! Y/o ¡cuánta
irreflexión sobre el hecho de que en la condición presente, que es la de
después de la caída original, el gozo es esporádico, intermitente, difícil, y
con seguridad algo que no debemos perseguir, incluso cuando lo queremos
encontrar!
Tan solo pensar en lo
incompatible que es viajar (no desplazarse, mudarse, claro está) con la vida de
todo gran hombre, todo ser admirado (cualquier santo, cualquier verdadero gran
artista, cualquier verdadero gran héroe), conduce a entender lo que don Nicolás
quiso decir.