CCCX

   La cantidad sola basta para despertar la admiración del moderno. (Escolios Sucesivos, p. 86)


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[Por favor prescinda de lo siguiente si lo anterior es claro para usted, como de hecho deseo]




Comentario (con perdón de don Nicolás y de los lectores):

   ¿Qué quiere decir Don Nicolás? Pregúntese si entiende las siguientes frases: “cantidad importante”, “negocio importante”, “venta importante”. ¿Qué significa el adjetivo importante en estas expresiones? Grande, cuantioso, costoso en términos económicos. He ahí “lo que importa” a quien usa así las palabras; lo que importa a alguien es lo que él considera de relevancia, de peso, de valor para su propia vida. ¿Empieza a ver más claro lo que me parece que quiso decir Don Nicolás? Dirá mi lector que considerar importante no es admirar, y yo se lo concedo, pero ¿en virtud de qué se considera importante una cantidad, un negocio cual sea (en el sentido actual), sino porque el hombre típico de nuestros días (el moderno) admira al “empresario exitoso” (al que monta un negocio que produce mucho dinero), la cosa que cueste mucho dinero (aunque no pueda comprarla o la quiera a menor precio), la película de gran inversión y gran “venta”, etc.?
   Y así con tantas otras cosas: el criterio de admiración principal no es ni la bondad ni la belleza de un edificio o de casi cualquier cosa. Lo que se admira es el gran valor comercial, el gran valor de producción, las grandes ventas… Y eso es lo que se persigue, estando todo lo demás supeditado a eso. El hombre “debe” ser exitoso. ¿Es para la mayoría este “exitoso” algo distinto de “rico”, “productivo”, etc.?; ¿es exitoso un campesino honrado, una mujer dedicada a sus hijos, un niño enfermo, el miembro de una orquesta cualquiera…? 
   Basta pensar un momento (actividad de poco valor, menospreciada) para ver cuán bajo ha caído el hombre que “mide” así las cosas. ¿Usted?